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martes, 30 de septiembre de 2014

Del “COMO” al “POR”

Sí, hemos pasado a sustituir el adverbio por la preposición; del “COMO” al “POR” y sin darnos ni cuenta, el caso es que seguimos siendo los mismos tontos de siempre.

Antes éramos engañados COMO chinos. Ahora somos engañados POR chinos.



Les compramos todo lo que nos ponen en las manos porque nos lo venden barato.

Craso error”, y es que ciertamente no es barato, sino económico o simplemente asequible, pero a la larga sin duda, caro. Es caro puesto que la rentabilidad que extraeremos del producto antes de tener que volver a gastar dinero en su reposición, sustitución o reparación es inferior a lo que obtendríamos de otro entendido por caro y en cualquier caso el servicio o disfrute del producto es muy inferior.

¿Hemos olvidado pensar en la calidad? 

Estamos tan ciegos en comprar barato que nos estrellamos a la primera de cambio. No comprendemos que la calidad brinda satisfacción al producto y se ajusta a las necesidades del cliente.

De forma más específica, calidad es calidad del trabajo, del servicio, de la información, del proceso, del sistema, de la compañía, de los objetivos, etc.

Y claro, la calidad tiene un precio. Pero un precio acorde con el valor y la rentabilidad del producto.
Otro factor a tener en cuenta, cuando compramos un producto, son los resultados obtenidos. Esto es muy importante y determinará nuestros siguientes pasos en la búsqueda de nuevos productos. Pero… ¡OJO! No tropecemos con las piedras. Sabemos que el ser humano es el único animal capaz de tropezar con la misma piedra, no solo dos veces, entonces ¿por qué esperar a tropezarnos con ella si vemos que otros antes que nosotros ya lo han hecho? Aprendamos también de los demás.

Sabemos que lo barato al final sale muy caro. Lo sabemos, pero no hacemos nada por remediarlo. Tan solo esperar a que nos caiga en las manos un producto “económico” que tan solo nos generará problemas y disgustos.

Podemos decir que hay un factor más a tener en cuenta a parte de la calidad y los resultados. Se trata de la prevención. Tener una buena visión de futuro es fundamental, ya que nos evitará pasar malos ratos y fracasar con el producto que compremos.

La Real Academia Española de la lengua define “prever” como: ver con anticipación, conocer, conjeturar por algunas señales o indicios lo que ha de suceder. También como disponer o preparar medios contra futuras contingencias. Por tanto, seamos capaces de ver anticipándonos a las consecuencias.

¿Y esto cómo se hace?

Esta pregunta nos lleva a lo siguiente: para prever hay que observar e informarse bien. No basta con comerse el caramelo que nos ponen en los labios. Primero hay que conocer bien lo que nos quieren ofrecer, recoger toda la información posible y conocer opiniones fiables. Una vez que se han tenido en cuenta todos estos factores podremos disfrutar de nuestro caramelo con total tranquilidad y confianza.

Así que toma nota y “No te dejes engañar COMO un chino y mucho menos POR un chino“


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