Que el deporte afecta sobre el estado de ánimo de las personas no es un secreto para nadie
Incluso los más sedentarios piensan que es así, y que el deporte consigue activar a las personas y aumentar considerablemente su autoestima y su vitalidad, así como todos los efectos positivos relacionados con la mejora del rendimiento de todo el cuerpo y el estado físico.
Las personas que están habituadas al deporte, muchas veces tampoco entienden este tipo de complejos y de murallas interiores que tienen las personas que se inician en el deporte. La famosa teoría de que el último cierre la puerta se suele aplicar, y vemos actitudes hostiles por parte de muchos deportistas profesionales hacía los nuevos que se inician, sin entender o recordar sus primeros días en el deporte.
Empezar no es fácil, pero la mejora sustancial en el estado de ánimo es una motivación suficiente como para iniciar esa vida deportiva.
El truco está en comenzar de manera moderada y progresiva. Salir a caminar, correr, gimnasio, pequeñas sesiones deportivas cerca de casa, probar diferentes deportes, etc. Tan sólo así descubrirás si te atrae o no realmente. Con el tiempo la persona que se inicia irá sintiendo cómo su estado de ánimo habrá cambiado, aumentará su autoestima al descubrir sus posibilidades y motivaciones personales.
Reitero que lo más difícil es el comienzo, pero una vez combatida la pereza del principio el camino del deporte nunca se acaba.
¿Por qué somos más felices cuando lo practicamos?
Cuando salimos a hacer ejercicio físico en nuestro cerebro se segregan las endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad.Las endorfinas son neurotransmisores que conectan las neuronas de nuestro sistema nervioso y que trabajan como nexos de unión entre la mente y el cuerpo. Concretamente, estas hormonas son vehículos de placer, euforia, felicidad e incluso, alivio del dolor. Por tanto, su activación mejora el estado de ánimo, aumenta la autoestima, rebaja la ansiedad y reduce el estrés.
¿Por qué repetimos?
La respuesta técnica sería: repetimos de nuevo porque las hormonas que segrega nuestro cerebro, las endorfinas, llegan hasta el córtex cerebral o área donde se ubica la capacidad para razonar y el comportamiento inteligente. Desde aquí el cerebro se pone en contacto con el cuerpo para que repita la acción de nuevo y así experimentar de nuevo esa sensación tan placentera.Otros modos de estimular la producción de endorfinas es el sexo, la risa o tomar chocolate. Así que ¡tomen nota!
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